En las últimas semanas se escuchan tambores alrededor de plazas, parques y calles de la ciudad. Son las comparsas de candombe que se preparan para uno de los encuentros más importantes del año, la Llamada del 25 de mayo, que se realiza en Tolosa desde hace quince años con la participación de comparsas de todo el país y de Uruguay. Un encuentro popular que lleva tras de sí una historia de opresión y resistencia.
Por Maria Paola Zuluaga B.
El candombe es uno de los principales legados africanos en la región del Río de La Plata. Se originó con la llegada de personas esclavizadas provenientes de distintas naciones africanas, quienes se reunían para conectarse con sus raíces a través de la danza y la música. Ha sido reconocido como parte de la cultura uruguaya. También existe candombe argentino, pero hasta hace pocos años se dio a conocer.
Las cifras oficiales hablan de setenta y dos mil personas de origen africano que llegaron al puerto de Buenos Aires y Montevideo entre 1777 y 1812.
¿Qué pasó con la comunidad afro en Argentina?
Las respuestas más comunes son: fueron enviados a las guerras (a las cuales no fueron mujeres, niñas, niños, con algunas excepciones); murieron por epidemias (que afectaron a la sociedad en general) y los pocos que quedaron se mestizaron. Ninguno de estos argumentos implica la desaparición de la comunidad afro. En el país existieron y existen afrodescendientes de tronco colonial, es decir descendientes de los esclavizados. Sus aportes culturales están presentes en la gastronomía, estilos de vida, en el lenguaje, en las ideas y en la música; en ritmos como el tango, la milonga, la chacarera.
En lo que coinciden muchas investigaciones es que hubo una decisión política de negar lo afro en los discursos oficiales, los relatos históricos y las narrativas de la construcción de nación. De hecho, solo hasta el censo del 2010 se incluyó como variable el origen afro. Cerca de 150 mil personas se reconocieron como descendientes de esta comunidad. Pero organizaciones que nuclean a los africanos y afrodescendientes afirman que viven alrededor de dos millones de personas de dicho origen en el país.
Se habla de tres grandes momentos de la migración africana: la migración forzada de personas esclavizadas durante la colonia. Después, entre finales del siglo XIX y principios del XX, la llegada de la comunidad caboverdiana. Y, más tarde, en la década del noventa, las llamadas “nuevas migraciones africanas”, en su mayoría jóvenes varones en busca de nuevas oportunidades.
Esteban Amílcar Álvarez, de la comparsa La Cuerda, es candombero hijo de caboverdianos, sus padres se conocieron en la colectividad de Ensenada. Para él es muy curioso que lo negro se haya ocultado tanto en Argentina. “Por suerte en mi familia siempre se quiso engrandecer la parte cultural africana desde la música, los textos, el dibujo, los cuentos”.
Candombe a puerta cerrada
Hasta hace poco se supo que existía el candombe argentino, que fue escondido durante siglos por las familias afrodescendientes, quienes en un contexto de represión y castigos decidieron tocar y bailar sólo en sus casas, de esta forma lograron que sobreviviera. A diferencia del uruguayo, se usan otros tambores y se toca con las manos, el volumen es menor y va acompañado de cantos.
Por su parte, el candombe montevideano, que es el más conocido en Argentina, es instrumental, los tambores son más grandes, se tocan con la mano y con un palo, y los músicos están de pie. Santiago Larcamón, de la comparsa La Cuerda, fue uno de los primeros que trajo los instrumentos del candombe uruguayo a La Plata. Fue por el año 1999 cuando visitó Montevideo y vio lo que sucedía en el carnaval pensó: “¡Cuánta falta le hace a La Plata esto: tambores, la calle…!”. Por esa misma época, Ignacio Álvarez, descendiente caboverdiano, conoció el candombe y convocó a varias personas para conformar La Cuerda.
Otras comparsas que existen hoy en La Plata son: La Minga, Tambores Tintos (Ensenada), Oieloó, La Mondonguera, Candombe del Parque y desde el año pasado se conformó Las Prendidas Fuego, cerca de cincuenta mujeres de distintas comparsas que salieron en las marchas del 8 de marzo y se preparan para el Encuentro Nacional de Mujeres.
Esta movida surgió al calor de un momento histórico difícil, según cuenta Santiago Larcamón, “veníamos del menemismo, la gente disgregada, muy parecido a lo que sucede ahora, y ahí nació lo nuestro como algo colectivo, barrial, comunitario, horizontal, autogestionado y desapegado de cualquier organismo institucional”.
Para Aleandro Giménez, de la comparsa La Minga, las crisis son una oportunidad para unirse, en este caso alrededor de los tambores. “En el candombe hay alegría –agrega su compañero Abel Garriz– pero también hay dolor, es una descarga como medio de resistencia”.
La Llamada del 25
Andrea Lucero, integrante de la comparsa Oieloó y de Las Prendidas Fuego, cuenta que la Llamada en Tolosa tiene que ver con la aparición pública que tuvo el candombe en Buenos Aires, cuando en 1836 Rosas invitó a la comunidad afro a participar de los festejos por la Revolución de Mayo. Ese día salieron más de seis mil negros a tocar candombe a la Plaza de Mayo. Políticas posteriores prohibieron estas manifestaciones y comenzaron la construcción de una nación que exaltó lo europeo.
Cientos de años después el candombe volvió a las calles de Argentina y en los últimos años ha tomado más fuerza. En el 2005 se hizo la primera Llamada en Tolosa, son quince años consecutivos de movimiento autogestivo que sobrevive con el esfuerzo y la pasión de muchas personas. Cada comparsa tiene cerca de cincuenta integrantes, entre bailarines, cuerpo de tambores, cuerpo de fantasía y los personajes de la tradición uruguaya Mamá vieja, que representa la matrona; el gramillero, o curandero africano y el bastonero que anima y dirige la comparsa.
Se usan tres tipos de tambores: el chico, el piano y el repique. El chico mantiene su métrica, mientras el repique y el piano improvisan y dialogan entre sí. Según explica Germán Gorza, de la comparsa Oieloó, “son cuarenta personas tocando con vos, para que suene bien tenés que ver y escuchar al otro, darle prioridad a lo colectivo. Es un aprendizaje para la vida”.
En la primera Llamada se difundió un panfleto que decía:
El candombe es la supervivencia del acervo ancestral africano, traído por los negros llegados al Río de La Plata. Candombe designaba entonces las ocasiones en que los africanos ejecutaban sus danzas nacionales y recreaban espiritual y simbólicamente, sus sociedades de origen. De esta manera las Comparsas de Candombe de la ciudad de La Plata y Ensenada queremos revivir una tradición que necesita ser rescatada para lograr un lazo permanente con nuestra historia.