Por A.L.O - persona curiosa
Y aún así, desgarrados, agredidos, maltratados, mutilados conservan su dignidad, tal como metafóricamente mostraba Don Alejandro Casona, el autor cuyo título hemos tomado para ilustrar esta nota donde El Pasajero muestra con mucho dolor e impotencia un panorama indeseado para la flora de nuestra ciudad.
Arboledas que fueran concebidas con un visionario espíritu sanitarista desde su diseño fundacional, con plazas cada seis cuadras, con amplias avenidas y calles y diagonales que con sus distintas especies arbóreas exaltaban el placer de los transeúntes y permitían pasear por el mundo al encontrar especies de otros lugares del planeta o de diferentes regiones de nuestro país.
Por ejemplo los Castaños de la India, Los Gingko Bilova oriundos del Japón –ejemplo de fósil vivo- los Cedros del Líbano, los tilos de Alemania, los Eucaliptus originarios de Australia y Nueva Guinea. Y así podríamos seguir, igual que al mencionar ejemplares de las diferentes latitudes de nuestro país, los Ceibos –flor nacional- los Jacarandás, los Lapachos, los Algarrobos ( si bien son originarios de la Cuenca del Mediterráneo) pero muy asentados en nuestras tierras.
Una fiesta para los sentidos además de la purificación de la atmósfera. Son innegablemente y desde un punto de vista higienista los pulmones de la ciudad. Pero… siempre hay un pero… la decadencia natural de algunos ejemplares muy añosos, o la indiferencia o la desidia tanto de particulares como de las autorida- des responsables de su cuidado nos muestra, como vemos en las imágenes, un doloroso panorama de árboles desgarra- dos, heridos profundamente, mostrando estoicamente pero enhiestos sus heridas, y aunque si bien en algunos casos muriendo o habiendo muerto ya, lo han hecho o lo están haciendo valiente y dignamente de pie.
Por A.L.O - persona curiosa